Cuando el agua amenaza con agotarse en una ciudad de millones de habitantes
a cura di Marketing
Ciudad del Cabo es la primera metrópolis moderna del mundo en la que el agua potable amenaza con agotarse. Con esfuerzo se podría retrasar la fecha límite al próximo año, pero la ciudad se encuentra en el punto de mira por su gestión de la crisis.
Son las once de la mañana y Eric Mbalane ha acarreado ya media tonelada de agua. La camiseta pegada al cuerpo enjuto, la cara cansada. Trabaja 12 horas al día. Pero este hombre de 31 años se seca el sudor de la frente bajo el sol abrasador y solo dice: «Me gusta poder ayudar».
Cientos de habitantes de Ciudad del Cabo hacen cola diariamente ante una fuente de agua de manantial natural en el centro de la ciudad. El trabajador eventual ayuda a las personas de edad avanzada a llevar el agua al coche. Algunos traen cestos con botellas vacías, otros grandes garrafas. Como máximo pueden recoger 25 litros, siempre observados por el personal de seguridad. Quien quiera más, tiene que volver a la fila.
Un panorama devastador
Mbalane se considera un «luchador contra el Día Cero», como afirma él mismo, aunque los 15 francos que recibe al cambio diariamente solo alcancen para las necesidades básicas. Tras tres años de persistente sequía, Ciudad del Cabo proclamó en enero el «Día cero» como la fecha en la que se cerrarán la mayor parte de los grifos de esta metrópolis de 4 millones de habitantes. Se trata de la primera gran ciudad del mundo con un panorama tan devastador. Al principio se habló de mediados de abril, ahora la fecha límite se ha retrasado hasta el año próximo. Se dice que gracias a los ahorros de los hogares y de las producciones agrarias, así como a las nuevas instalaciones.
El requisito es que se produzcan, al menos, precipitaciones medias; la situación sigue siendo crítica. Las seis reservas de agua que abastecen Ciudad del Cabo están actualmente tan solo al 23 % de su capacidad. Si el nivel desciende hasta el 13,5 %, la mayoría de los habitantes tendría que hacer cola para obtener su ración de 25 litros en alguno de los aproximadamente 200 puntos de suministro.
El embalse más grande de Ciudad del Cabo se seca
La escasez de agua en Ciudad del Cabo sería sin duda más grave que la de otras metrópolis del planeta. Roma se vio obligada el pasado año a imponer restricciones de agua en verano, en ciudad de México muchos ciudadanos solo disponen de agua corriente en determinados momentos del día. Y en 2015 la metrópolis brasileña de São Paulo disponía de reservas de agua para tan solo 20 días antes de que empezaran por fin las lluvias.
El motivo por el que Ciudad del Cabo sufre de una escasez de agua extrema
Ciudad del Cabo ya padece restricciones severas, pueden consumirse un máximo de 50 litros por persona y día, ni siquiera una tercera parte del consumo medio en Suiza. En algunas zonas la ciudad se ha reducido tanto la presión de agua que muchos hogares ya carecen por completo de suministro. Los grandes consumidores reciben multas de hasta 400 francos y son obligados a instalar equipos que cortan el suministro de agua cuando se supera el límite.
Obligación de ahorrar
La gestión de la crisis no está exenta de críticas; se censura que la ciudad estaría exagerando la gravedad de la situación. El sector del turismo se queja del efecto disuasorio sobre los visitantes, la asociaciones agrarias pronostican un descenso del 20 % en las cosechas por el descenso en las cantidades de agua de riego. Muchos ciudadanos protestan por el reciente incremento masivo de las tarifas de agua. En verdad, no hay motivo aparente para el repentino retraso del «Día Cero» al año 2019, ya que no ha sido posible alcanzar el descenso previsto del consumo a 450 millones de litros al día. Actualmente se consumen diariamente 511 millones de litros de agua. Y aún no está en funcionamiento casi ninguna de las nuevas instalaciones de tratamiento de agua marina o de agua subterránea.
Existen suficientes razones para que la ciudad recurra a una retórica exagerada con el fin de obligar a unos ciudadanos escépticos con las autoridades a ahorrar por fin agua. Con éxito, porque el consumo diario se ha reducido a la mitad en el plazo de un año. La situación justifica aparentemente también la denuncia. Si el pasado año solo se publicaron los nombres de las calles con mayor consumo, actualmente es posible comprobar en una página de Internet si se cumplen los requisitos en cada inmueble: mi vecino el derrochador.
La metrópolis sudafricana sufre desde hace meses una escasez de agua inquietante. En junio se prevé el cierre de los grifos. Foto: Un hombre rellena su recipiente con agua de un río sucio cerca de Ciudad del Cabo (2 de febrero). ( Foto: Mike Hutchings / Reuters)
Ahora parece un mal menor que se extiendan descabelladas teorías conspirativas. La Alianza Democrática (DA), que ostenta el poder en la provincia de Cabo Occidental, habría exagerado la crisis del agua para poder cerrar un acuerdo millonario con Israel para la construcción de plantas de tratamiento, afirma un político de la oposición. Una diputada del Congreso Nacional Africano (CNA) habló en el parlamento provincial incluso de «mafia judía». Pero: el contrato no existe y el bajo nivel de las reservas de agua es sencillamente innegable.
La situación podrá ser menos dramática con una planificación a largo plazo. Ya en el año 2007, el Ministerio del agua de Sudáfrica advirtió que Ciudad del Cabo no podía depender durante más tiempo tan solo de embalses supeditados a las precipitaciones, sino que debía invertir en la extracción de agua subterránea y en plantas desalinizadoras. Muchas de las inversiones necesarias deben autorizarse desde el Gobierno central y habrá que esperar a 2020 para contar con presupuestos más grandes para este fin. Incluso en Ciudad del Cabo se emplean los medios disponibles para otros proyectos urgentes, como la creación de vivienda e infraestructuras en los barrios pobres de vertiginoso crecimiento.
La hora cero amenaza Ciudad del Cabo debido a la sequía
En realidad las reservas de agua estaban todavía completamente llenas en el año 2014 tras un periodo de abundantes precipitaciones. La ciudad se congratulaba del hecho de que, a pesar de un crecimiento de población del 30 % desde el año 2000, no necesitaba ampliar las capacidades porque empleaba los medios disponibles de manera efectiva. Las tuberías reparadas, la instalación de miles de contadores de agua y un aumento de tarifas garantizaban un menor consumo per cápita. La C40, una red de ciudades, otorgó a Ciudad del Cabo un premio por su buena adaptación al cambio climático.
El dinero sirve de ayuda
Ahora se demuestra que las medidas de emergencia son engañosas. La construcción de una planta desalinizadora se encuentra muy atrás en la agenda porque los vecinos de bajos ingresos solicitan mayor participación local en los trabajos de construcción. Y el jefe de una empresa de perforación cuenta que podría realizar cinco perforaciones al día en lugar de una, pero que la administración municipal no facilita las autorizaciones con la suficiente rapidez.
La crisis pone también de manifiesto las enormes diferencias sociales en la ciudad. Así, hay personas adineradas que pagan 2.000 francos suizos por un camión cisterna lleno de agua procedente de otras zonas de Sudáfrica no afectadas por la sequía para llenar su piscina. Quien puede permitírselo perfora un pozo en su terreno para extraer agua subterránea o intenta no depender a largo plazo del abastecimiento municipal recurriendo a depósitos de agua de lluvia; no en vano se prevén más sequías en el cabo de Buena Esperanza como consecuencia del cambio climático.
Este tipo de medidas son caras e inasequibles en los townships. Pero en estas áreas subdesarrolladas vive aproximadamente el 40 % de los habitantes de la ciudad. La administración de Ciudad del Cabo ha prometido al menos no cortar el agua en estos asentamientos, ni tampoco en hospitales ni colegios. Una medida razonable, pues la mayor parte de los habitantes dependen aquí hoy por hoy de los grifos comunitarios.
NZZ, Cuando el agua amenaza con agotarse en una ciudad de millones de habitantes: https://www.nzz.ch/panorama/bis-zum-letzten-wassertropfen-ld.1367184, consultado el 25.06.2019.