España se queda sin agua, también por la tacañería alemana
por Marketing
Cada vez hay menos agua subterránea aprovechable en España. Esto se debe también a que los consumidores alemanes prefieren la carne, las verduras y la fruta de España a los productos locales, más caros.
Imagen: imago images
En Andalucía confluyen todos los contrastes: Industria pesada en el puerto, agricultura intensiva junto a un parque natural y playas de ensueño. Ahora, el agua del río más largo del país, el Tajo, va a llegar a Huelva porque el Segura (en la foto) está contaminado.
En Alemania, las convicciones y la realidad divergen a menudo en el lineal del supermercado, opina Markus Schneider, director de la mediana empresa de distribución de fruta renana Frutania: "Por un lado, los consumidores declaran en las encuestas que prefieren los productos ecológicos locales y que además están dispuestos a pagar más por ellos, pero cuando luego se encuentran con frambuesas y fresas a bajo precio procedentes de España, prefieren comprarlas allí". Especialmente en la provincia española de Huelva, esto tiene un impacto concreto: Cada vez hay menos agua subterránea utilizable.
El 95% de la producción española de bayas procede de esta provincia, que sufre una sequía extrema. Allí, en Andalucía, confluyen todos los contrastes: Industria pesada en el puerto, agricultura intensiva junto a un parque natural y playas de ensueño.
Ahora, el agua del río más largo del país, el Tajo, se llevará a Huelva, donde el río Segura, muy contaminado por la industria pesada, ya no puede utilizarse como fuente.
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Amplias refinerías en el puerto de Huelva (España). Muchos barcos con petróleo hacen escala aquí.
Una disputa política por el agua hace estragos desde hace muchos años. Los miles de trabajadores de la vendimia en Huelva, traídos cada año de África, vagan desorientados por los pueblos, a veces viven en establos o chozas y no están integrados en la todavía tradicional sociedad andaluza. Los medios de comunicación alemanes también han señalado en repetidas ocasiones las condiciones de trabajo, a veces inhumanas.
La UE, que aporta a España casi 20.000 millones de euros en ayudas agrícolas de 2023 a 2027, ha sancionado varias veces en el pasado a los distintos gobiernos españoles por su laxa gestión de las aguas subterráneas. Ya se han tenido que pagar multas por valor de 60 millones de euros. Greenpeace calcula que sólo el 60% de las aguas subterráneas españolas pueden seguir utilizándose a causa de los hundimientos y la contaminación.
WirtschaftsWoche publicado en 19.03.2023